La vida siempre será un cúmulo de experiencias buenas y malas que nos enseñarán una cosa esencial: ¡NUNCA RENDIRNOS!
La vida nunca se detiene, es un ciclo muy duradero, como aquellas caminadoras mecánicas que hacen que corramos o vayamos a paso lento, de nosotros dependerá que nos nos arrastre y nos haga caer. El mundo no puede detenerse por uno, no puede detenerse por nadie. Sus vueltas serán infinitas hasta que el decida lo contrario.
La vida extiende la mano al que va exhausto por sus caminos. Nunca es completamente indiferente, puede esperar hasta el último momento, puede extender una mano débil y frágil, pero NUNCA deja de hacerlo. Llega siempre en socorro y ayuda de aquel que ya no puede más. Llega con una premisa: ¡NUNCA RENDIRNOS!
El camino es pesado, pero tiene el trayecto una gran recompensa. Nada abunda por completo, pero nada falta tampoco. Si entiendes esto, cuando llegues a los tramos finales también comprenderás que fue un camino lindo y que valió la pena transitarlo. Solo una cosa, no te rindas, que la premisa de esta vida sea siempre : ¡NUNCA RENDIRNOS!