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El bienestar es uno de los principios fundamentales del ser humano. Aunque ese concepto puede variar de un individuo a otro, propiciar entornos tranquilos y libres de situaciones nocivas es primordial para reconciliarte contigo mismo. Llevar una vida de manera acelerada al final le pasará la factura a tu salud y a las relaciones que tengas con los demás. La presión para vivir de acuerdo a expectativas irreales te deja con las ganas de llevar una vida más simple y tranquila.
- Trata de dedicar un tiempo a descansar. Realiza una pequeña siesta o interrumpe tus actividades laborales por un periodo corto.
- Apaga el teléfono móvil o celular cuando vas a descansar. Esto hará que descanses mejor, no sufras sobresaltos ni te molestarán con sms inoportunos. Si lo utilizas como despertador, ponlo en silencio y sin vibración. O vuelve a los viejos tiempos y compra un reloj despertador, que los hay muy bonitos y económicos. Desconéctate por momentos del teléfono celular. Trata de concentrarte en actividades que te ayuden a olvidarte de las redes sociales y el chat.
- Procura disfrutar lo que haces. Es importante que encuentres sentido a tu trabajo diario, de lo contrario, la frustración puede traerte consecuencias anímicas muy destructivas.
- Mejora tu alimentación. Pon atención con lo que te nutres. Destina más tiempo a cada comida y decide de manera inteligente lo que comerás durante la semana. Aliméntate balanceadamente, incluyendo frutas, verduras, legumbres, proteína y carbohidratos saludables. Anímate a preparar nuevas recetas y experimenta sabores diferentes.
- Empieza a ejercitarte y notarás la diferencia: Practicar alguna actividad física es una disciplina que trae muchos beneficios. Disminuye los niveles de colesterol, controla el sobrepeso, reduce el estrés, oxigena los tejidos y ayuda, a través del sudor, elimina toxinas. Además, ayuda a segregar endorfinas (sustancias eficaces para aliviar dolores y activar centros de placer en el cerebro).
